Comic Sans: ¿Por qué tanto odio?
Todos los grupos de personas, las profesiones especialmente, desarrolla lugares comunes que sirven para hacer grupo. Entre los diseñadores, por ejemplo, es muy común comentarios del tipo “y me dijo que lo hacía su primo que sabía Photoshop” o “me mandó el logotipo en Word”. Son bromas internas que entienden los que están en el mundillo.
Una de las más repetidas hace referencia al uso de la Comic Sans, un tipo de letra que, si no lo sabías, no cuenta con una buena reputación precisamente. ¿Y por qué pasa esto?
Un poco de historia
La Comic Sans cumple ni más ni menos que un cuarto de siglo y tiene un origen cuando menos curioso. Cuando se preparaba el lanzamiento de Windows 95, se pensó en un asistente virtual que se llamaba Microsoft Bob, que incorporaba una mascota, un perro animado que nos daba consejos y sugerencias, Rover. La leyenda dice que uno de los encargados del desarrollo del programa, Greg Hitchcock dijo “los perros no ladran en Times New Roman” Hasta esta versión, los sistemas operativos de nuestros ordenadores estaban limitados en cuanto al uso de las fuentes diferentes, pero esta nueva versión de Windows ya tenía la potencia para usar distintos tipos de letra, por lo que se encargó al diseñador Vinnie Connare crear un tipo de letra “que pareciese de cómic”.
Lo que intentaba este tipo de letra era imitar y normalizar la rotulación que se hace en los comics e historietas gráficas americanas, sobre todo las más infantiles, tipo cartoon, que al fin y al cabo es lo que era Rover.
La Comic Sans es, pues, otro de esos productos de los 90 de los que nos avergonzamos, pero que todos los cuarentones hemos bailado, llevado o consumido con orgullo. Hablamos de la década de Aqua, New Kids on the Block, Will Smith era cómico y bueno… llevábamos estas pintas:
Por qué tanto odio
A gran parte de los diseñadores, maquetadores, diseñadores web que les preguntes te dirás que sí, que sí, que la Comic Sans es muy bonita… si eres su cliente y les pagas, pero si les das dos cervezas o eres amigo y no cliente, te dirán que la Comic Sans debería arder en el infierno.
Si bien el tipo de letra tiene varios problemas técnicos en los que no merece la pena entrar, a la hora de componer textos, sobre todo largos y con tamaño reducido, lo cierto es que la principal razón del rechazo a su uso es su sobreutilización. La Comic Sans fue uno de los primeros tipos de letra divertida, juguetona, por lo que en la segunda mitad de los 90 arrasó: todo estaba en Comic Sans.
La Comic Sans ¡vive!
Actualmente su uso se restringe a “obligaciones contractuales” o a situaciones cómicas y seguramente irónicas, como en este artículo, pero lo cierto es que la opinión del público general no está de acuerdo con lo que los diseñadores pensamos y de hecho hay estudios que aseguran que tiene una legibilidad entre personas con distintas capacidades, por ejemplo para personas con dislexia.
Recientemente se ha presentado la New Comic Sans, un tipo de letra basada en la que nos ocupa, pero que soluciona alguno de esos problemas técnicos de los que hablábamos.
Además, a los diseñadores hay que hacerles el caso justo, que somos particular, lo importante es que nuestro mensaje llegue.
Si os gusta este tema y queréis saber más, en este artículo de medium.com lo explican muy bien. Si os ha gustado la historieta de la creación de la Comic Sans, hacedles una visita a Pictoline, compìs mexicanos muy buenos.
Por eso en dDialoGa no nos duelen prendas: si quieres usar Comic Sans, así lo haremos: cuéntanos y dialogamos.